martes, 16 de abril de 2013
LA
RESTAURACIÓN BORBÓNICA Y EL TURNISMO
España
afronta un nuevo periodo histórico que comienza en 1875.
Antes de esa fecha, el
siglo XIX había estado marcado por la inestabilidad política, una débil
industrialización y una monarquía corrupta e ineficaz personificada en Isabel
II.
Si España
quería modernizarse, y no quedarse atrás respecto a Europa, era necesario
afrontar reformas que dotaran al país de estabilidad. Surge ahora la figura de
Antonio Cánovas del Castillo, que piensa que (tras la experiencia frustrada de
la I República) había que restaurar la monarquía de nuevo, en este caso en el
hijo de Isabel II, el futuro Alfonso XII.
Es por eso que este periodo se conoce
con el nombre de Restauración.
En la
Restauración borbónica destacan tres aspectos:
- Vuelta de la monarquía a España, con el borbón Alfonso XII.
- Nueva Constitución, que entrará en vigor en 1876.
- Creación de dos partidos políticos (liberal y conservador) que deberán turnarse en el poder de manera pacífica. Esto es una gran novedad ya que hasta entonces los cambios de poder de un partido a otro se hacían por la fuerza de las armas. Ahora el cambio de poder de uno a otro será tranquilo, aunque las elecciones estarán siempre amañadas. El fraude electoral existía pero garantizaba paz y estabilidad, sobre todo para las clases medias y altas (burguesía), las grandes beneficiadas de este sistema.
OPOSICIÓN AL
SISTEMA
No todo el
mundo estaba de acuerdo con este sistema “perfecto”, ya que había más partidos
políticos pero no podían acceder al poder. El poder era o bien de los liberales
o bien de los conservadores, mientras los Republicanos y los partidos de
izquierda como el PSOE (que en aquel tiempo era de izquierdas) quedaban fuera.
Además de
estos partidos, otro colectivo contrario a este sistema será el Movimiento
Obrero, grupos socialistas como la UGT y también los anarquistas.
En tercer
lugar los nacionalistas catalanes y vascos tampoco estaban muy contentos.
ALFONSO XII
El hijo de
Isabel II, Alfonso XII, reinó tan solo hasta 1885, ya que murió prematuramente.
Su mujer, la reina María Cristina reinó en calidad de regente hasta que su
hijo, Alfonso XIII fue mayor de edad, en 1902.
EL DESASTRE
DE 1898
El siglo XIX
en España termina con el llamado desastre del 98, que consiste en la pérdida de
las últimas colonias españolas de ultramar, o sea lo que quedaba del antiguo
Imperio Español.
Estas colonias fueron Cuba y Filipinas, que España perdió
frente al poderío militar de una gran potencia industrial como eran los EE.UU.
Este
desastre produjo en España una crisis de valores y cierto pesimismo, que hizo
tomar conciencia a los intelectuales y políticos de la época de que había que
regenerar el país, por eso la palabra de moda en este momento será
REGENERACIONISMO, una manera de luchar contra los males típicos de España:
corrupción, ignorancia y pobreza.
EL REINADO
DE ALFONSO XIII (1902 - 1931)
En 1902
comienza el reinado de Alfonso XIII, que tendrá unas características parecidas
al reinado anterior, el de Alfonso XII, ya que continuará el turnismo político,
y la Constitución de 1876 seguirá vigente.
Habrá sin
embargo nuevos problemas:
- Guerra en Marruecos. España, tras perder su imperio ultramarino, se empeñará en mantener esta colonia norteafricana. Pero el ejército español era ineficaz y corrupto, por lo que las derrotas eran frecuentes. El pueblo español veía además con muy malos ojos aquella guerra, ya que la mayoría de los soldados eran obreros que pensaban que a ellos nada se les había perdido en África, pues preferían quedarse en casa trabajando y ganando el pan para sus hijos, en vez de ir a la guerra a morir por unos generales incompetentes y cobardes. En el año 1909 ocurre la Semana Trágica de Barcelona, en donde obreros industriales con hijos y familia fueron obligados a ir al frente, lo que provocó una revuelta que fue ahogada en sangre por las fuerzas del gobierno.
- Crisis de 1917: fue un momento de gran inestabilidad. Grupos de izquierda y sindicatos organizaron huelgas salvajes contra el gobierno, pidiendo más democracia así como mejoras salariales. Partidos políticos nacionalistas y hasta el propio ejército también querían mejoras en su situación. Al final el gobierno logró restablecer el orden, aunque la crisis del sistema de la Restauración era más que evidente.
DICTADURA DE
PRIMO DE RIVERA (1923 - 1930)
Ante testa
situación de caos, el golpe final al sistema de la Restauración fue el llamado
Desastre de Annual, que fue una estrepitosa derrota de las tropas españolas en
Marruecos. Todo el mundo criticaba a un ejército cada vez más ineficaz.
Fue
precisamente un militar, Miguel Primo de Rivera, quién, inspirándose en el
modelo de Mussolini en Italia, dio un golpe de Estado y tomó el poder, contando
con el apoyo tanto del rey Alfonso XIII como de gran parte de las clases medias
y altas, o asea de la “gente de orden” que se decía entonces (las derechas de
toda la vida).
Primo de
Rivera mantuvo una política de apoyo a los grandes empresarios, terratenientes
y clases altas, mientras mantuvo a raya a los sindicatos, a las izquierdas y a
los nacionalismos vasco y catalán.
Mientras la
economía fue bien (no olvidemos que Primo gobernó durante los felices años 20)
el dictador se mantuvo, pero cuando todo se torció, Primo de Rivera hubo de
marcharse a París en 1930, en donde muere. Queda entonces un rey al que muchos
no querían por haber dado su apoyo a una dictadura. La monarquía estaba muy
desprestigiada, lo que quedó patente en las elecciones de abril de 1931, en
donde los partidos republicanos ganan. El rey Alfonso XIII ha de hacer las
maletas y marcharse de España. Acababa de proclamarse la República.
LA SEGUNDA
REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931 – 1936)
La Segunda
República fue el último intento de regenerar España. Se redacta la Constitución
de 1931, que incluía una amplísima declaración de derechos. La II República
contemplaba en voto femenino, leyes de divorcio, mejoras en las condiciones de
los obreros, limitar la influencia de la Iglesia, creación de escuelas
etc.
El periodo
de la Segunda República española tiene tres etapas bien diferenciadas:
Bienio
Reformista (1931 – 1933)
Durante este
periodo se emprende un programa de reformas muy ambicioso (llevado a cabo por
una coalición de socialistas y republicanos) que pretendía modernizar España y
sacarla de su atraso. Lo más destacable es el impulso a la educación pública,
la limitación del poder de la Iglesia, y la Reforma Agraria (que pretendía
mejorar la vida de los campesinos sin tierra del sur, que vivían en la
miseria).
Los
terratenientes, las clases altas, el ejército y la Iglesia estarán desde un
principio en contra de estas reformas, y aunque juraron lealtad a la nueva
República, nunca cumplieron su promesa. Así, desde los púlpitos de las Iglesias
y desde la prensa que ellos controlaban, no perdían la oportunidad de criticar
todo lo que hacía la República.
Por otro
lado, grupos anarquistas como la CNT también se opusieron a lo que consideraban
una “República Burguesa”. Sus actuaciones, además, fueron exageradas por la
prensa de derechas, que tildaba la situación de caótica y desastrosa, a fin de
desestabilizar el nuevo régimen.
El
presidente de la República, Manuel Azaña dimite en 1933, convocando nuevas
elecciones para noviembre de ese año.
Bienio Negro
(1933 – 1936)
La derecha
española acude esta vez a las urnas más unida, siendo el partido ganador la
CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), que gobernará junto con el
centrista Partido Radical. Este gobierno derechista frenará todas las reformas
puestas en marcha durante el periodo anterior, favoreciendo así a los grandes
terratenientes, a los empresarios y a la Iglesia.
A la crisis
económica de este periodo (la crisis del 29 empieza a hacer mella en España) se
unen los casos de corrupción frecuentes y la protesta social.
La protesta social
llegará a su culmen en la Revolución de Octubre de 1934, en donde los mineros
asturianos en huelga llegarán a poner en jaque al gobierno, que sofocará la
rebelión trayendo al ejército que España tenía en Marruecos. La represión fue
brutal y sanguinaria.
El
descontento popular hizo que la izquierda volviera a presentarse unida a las
elecciones de febrero de 1936.
Gobierno del
Frente Popular (febrero a junio de 1936)
La izquierda
estaba de nuevo en el poder, y de nuevo, se puso a la tarea de hacer reformas,
pero los grupos derechistas no lo aceptaban. El recientemente fundado partido
fascista Falange Española tenía continuos encontronazos callejeros con grupos
comunistas y anarquistas, mientras la prensa de derechas acusaba al gobierno de
no hacer nada para remediarlo. La Iglesia y el ejército pensaban que la única
manera de salvar España de rojos comunistas, masones y separatistas era un
golpe de Estado, para acabar con la República. Éste se produjo en julio de
1936.
LA GUERRA
CIVIL
La Guerra
Civil se inicia con la traición del ejército español que estaba en aquellos
momentos en Marruecos. Para pasar a la península, la Italia fascista de Mussolini puso a disposición de Franco varios
aviones, por lo que en pocos días se plantaron en Andalucía, de allí fueron
hacia Madrid, pero la resistencia encontrada fue mayor de lo que esperaban. Los
sublevados pensaban que el golpe de estado iba a ser cosa de semanas pero se
alargó 3 años, quedando España dividida en 2 zonas:
- Zona fiel a la República, que incluía básicamente la zona norteña, de Asturias al País Vasco, la zona levantina, que incluía Cataluña, Valencia, Murcia y parte de Andalucía, y por supuesto Madrid.
- Zona fiel a los rebeldes, que incluía el resto, o sea las dos Castillas, parte de Extremadura y Andalucía.
La división dentro
del ejército republicano, y la negación de ayuda por parte de Gran Bretaña y
Francia, hizo que los rebeldes (que contaron con la ayuda absoluta de la Italia
fascista y de la Alemania nazi) se alzaran con la victoria.
Las
consecuencias de la Guerra fueron terribles, siendo lo más destacable:
- Infinidad de muertos y exiliados.
- Destrucción de ciudades, industrias e infraestructuras.
- Imposición de una dictadura fascista – totalitaria y conservadora, apoyada por la Iglesia, que duró hasta 1975.
- Exilio de intelectuales y empobrecimiento cultural que convirtió a España en un país de pandereta. ¡Olé!
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