TODO EL PODER PARA LOS SOVIETS

miércoles, 6 de marzo de 2013


















Cuando todos los países europeos habían salido del Antiguo Régimen hacía más de un siglo, Rusia aún vivía bajo la monarquía absoluta de los zares en pleno siglo XX.

La mayoría de la población estaba formada por campesinos que vivían en condiciones miserables, una situación no muy diferente a la que padecían los obreros industriales, con jornadas agotadoras y sueldos miserables.

El zar tenía el poder absoluto, y tanto él como sus nobles gobernaban el país con puño de hierro, desde sus lujosos palacios, sin tolerar ningún tipo de oposición. El zar además vivía en una burbuja sin preocuparle realmente la situación del pueblo, en una corte grotesca en donde destaca la figura de Rasputín, un monje siberiano que decía tener poderes mágicos.

Siendo Rusia un país europeo, tarde o temprano esta situación tenía que explotar, y la oportunidad vino tras la guerra frente a los japoneses, lo que llevó al pueblo a la desesperación, ya que muchos recursos de primera necesidad habían sido enviados al ejército, sin que esto además sirviera de nada, ya que Rusia sufrió una humillante derrota frente a los nipones. Así que en enero de 1905 la gente protestó ante el zar.

La revolución de 1905 surge como una concentración pacífica frente a la residencia del zar (el Palacio de Invierno en San Petesburgo), en donde el pueblo pedía mejoras en sus condiciones de vida, así como cambios políticos. El zar sin dudarlo, ordena ametrallar la plaza, causando centenares de muertos y heridos.

Ante esta actuación por parte del zar, las protestas se hicieron más radicales, y se extendieron por todo el país. Las potencias liberales (democracias burguesas) como Francia e Inglaterra se quejaron al zar y le dijeron que o se democratizaba o no seguirían ayudando económicamente a Rusia. Así que no quedaba más remedio que hacer ciertas reformas, como la creación de un parlamento (Duma) elegido por el pueblo. Otra consecuencia fue el surgimiento de los soviets, asambleas de obreros, soldados y campesinos, que organizaban huelgas y luchaban contra el régimen zarista.

A pesar de las reformas, el zarismo se mantuvo sin muchos problemas. Pero entonces llega la Primera Guerra Mundial en 1914, y Rusia se alía con Inglaterra y Francia frente a Alemania. Como Rusia apenas estaba industrializada no tenía armas modernas, por lo que sufrió terribles derrotas, con millones de muertos. Fue en este momento cuando los soviets llevaron la llama revolucionaria al frente, convenciendo a los soldados de que desertaran, ya que su verdadero enemigo era el zar y sus nobles, que mataban de hambre al pueblo, y no Alemania. Fue en este contexto de guerra cuando estallan las revoluciones de 1917:

·         Revolución de febrero de 1917: obliga a abdicar al zar e implanta una república burguesa, al estilo de Francia e Inglaterra. Pero en Rusia apenas había burguesía, sólo gentes hambrientas y sin recursos que querían soluciones ya. Este gobierno burgués, además, seguía en la guerra (presionados por sus aliados occidentales), y las derrotas seguían siendo terribles. Por lo que en octubre estalla otra revolución.

·         Revolución de octubre de 1917: organizada por los bolcheviques (marxistas radicales) que controlaban buena parte de los soviets, y por lo tanto contaban con el apoyo de obreros, campesinos y soldados. Los bolcheviques acaban con el gobierno burgués y llevan a su líder, Lenin, al poder, que lo primero que hace es adoptar el nombre de Partido comunista, y por supuesto sacar a Rusia de la guerra emprendiendo una serie de reformas internas:

 -  Entrega de tierras al pueblo, y de las fábricas a los obreros.
 -  Nacionalización de la banca.
 -  Nacionalización de los transportes.

Pero la victoria del comunismo no iba a ser fácil, y muchos sectores conservadores y burgueses no estaban dispuestos a entregar el poder tan fácilmente, por lo que se enfrentaron a los bolcheviques en una Guerra Civil (1918 – 1921). Pero el Ejército Rojo, muy disciplinado gracias a Trotsky, vence a sus enemigos.

Lenin muere en 1924, lo que provoca una lucha en la cúpula del partido por la sucesión, entre Trotsky y Stalin. Al final vence Stalin, que impondrá un régimen totalitario y sin ningún tipo de libertades desde 1927 hasta 1953, que convierte a Rusia (ahora la URSS) en una potencia económica y militar, aunque con un alto coste. 


1 comentarios:

jj dijo...

a

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