LA REVOLUCIÓN FRANCESA (I)

domingo, 28 de octubre de 2012


 




  • Origen
  • Asamblea Nacional Constituyente
  • Asamblea Legislativa


Con la Revolución Francesa abrimos el periodo histórico que llamamos Época Contemporánea, que se caracteriza por la desaparición, paulatina, del Antiguo Régimen.
Francia será el primer país europeo que derribará el sistema estamental que legitimaba los privilegios de la nobleza y el clero, frente al tercer estado, y lo hará mediante un estallido revolucionario que servirá de ejemplo para el resto de las reivindicaciones burguesas que tendrán lugar en el siglo XIX, como vimos en el post anterior.

Antes de nada debemos saber que la Revolución Francesa tuvo un precedente en la Revolución Norteamericana de 1776, que por un lado expulsó a los británicos de su suelo, para después establecer una república burguesa, con separación de poderes (al estilo de Montesquieu) y una serie de derechos y libertades. Como este intento les salió bien a los americanos, los franceses, que sufrían una terrible crisis, decidieron imitarlos.

La revolución francesa tuvo éxito ya que existía un caldo de cultivo adecuado:

§  Gran desequilibrio social entre los estamentos privilegiados y el resto (grandes diferencias entre ricos y pobres que diríamos hoy).
§  Deseo de la burguesía (que formaba parte del tercer estado) de adquirir poder político.
§  Monarquía débil y administración ineficaz y corrupta.
§  Crisis económica y deuda del estado, que se intentaba subsanar subiendo los impuestos a los más pobres y a los burgueses (ya que nobles y clero estaban exentos, a pesar de tener mucho patrimonio).
§  Ideas ilustradas, que hablaban de separación de poderes y de soberanía nacional (el poder reside en la nación y no en el rey).

A pesar de la ineficacia y de la corrupción que imperaba en el gobierno, el rey, Luis XVI, sí que tuvo a algunos ministros de hacienda capaces, como fueron Turgot (fisiócrata) o el culto e ilustrado banquero suizo Necker. Estos ministros coincidían en la idea de que para que el estado recaudara dinero había que buscarlo en donde realmente estaba, o sea en manos de nobles y clérigos. Estos dos estamentos, apelando a sus privilegios ancestrales se negaron a pagar reiteradamente. Es lo que se conoce como revuelta de los privilegiados, y que acabará en la convocatoria de ESTADOS GENERALES en 1788 (una asamblea aún más rancia que ellos mismos, de origen medieval), en donde se reunirían los tres estamentos y se votaría, si acaso, la posibilidad de que nobles y clérigos pagaran impuestos. Obviamente, los estamentos superiores esperaban salir ganando ya que se votaba por estamentos: un estamento equivalía a un voto, con lo cual los aristócratas y el clero siempre iban a ganar 2 a 1 al tercer estado.

Como no se pusieron de acuerdo, y el tercer estado veía que en realidad ellos mismos  representaban a la inmensa mayoría de los franceses, decidieron erigirse en ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE (junio de 1789) y se reunieron (ya que el rey les cerró la sala de sesiones) en el juego de la pelota, que era una especie de polideportivo cercano).
Allí, el tercer estado reunido, en su mayoría burgueses, decidieron no salir de allí hasta no haber dotado a Francia de una constitución. Mientras tanto, el resto de el tercer estado, el pueblo llano (que no estaba representado verdaderamente en el juego de pelota) tomaba la Bastilla un mes después (14 julio de 1789), ayudando, con el caos creado, a que la burguesía de la Asamblea Constituyente, siguiera adelante con sus proyectos. Mientras, la llama revolucionaria llegaba al campo. Los campesinos asaltan las casas de los señores y queman los registros de deuda.

Pronto la Asamblea Constituyente empieza a trabajar, haciendo una serie de reformas muy importantes. Así, el 6 de Agosto de 1789 proclama la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, que abarcará aún más derechos que los conseguidos por los americanos. Además, elaborará la Constitución de 1791, la primera de Francia, que establece la soberanía nacional (el poder ya no reside en el rey) y la separación de poderes. Además se liberaliza el comercio (tal como quería la burguesía, como sabemos) y se confiscan sin paliativos todos los bienes de la Iglesia, algo que quedará plasmado en la Constitución Civil del Clero (1790), condenada por cierto por el papa, lo que provocó un cisma con Roma.

Mientras tanto el rey Luis XVI, que ya había sido traído a París (ya que antes vivía en Versalles), será ahora detenido y puesto bajo arresto domiciliario, ya que intentó huir del Francia.

Una vez que esta Asamblea había cumplido su función, que era dotar a Francia de un texto constitucional, se convierte en Asamblea Legislativa.


0 comentarios:

Publicar un comentario